Desde cuando nuestra galaxia fue creada por un movimiento en espiral en el infinito espacio del océano del universo, y nuestro sistema solar comenzó a formarse dentro de esta galaxia, un espacio de tiempo desconocido ha pasado.
Para que la tierra se desarrolle a una forma aproximada al presente, más de 4 mil millones de años han pasado. La vida biológica ha existido sobre nuestro planeta desde hace más de 3 mil millones de años y nuestra humanidad ha tenido su progresivo desarrollo a través de probablemente 20 millones de años. Aunque es incierto saber cómo los antecesores de las especies humanas vivían y se adaptaban a su medio ambiente, durante nuestro reciente desarrollo como homo sapiens, especialmente dentro del período histórico se ha registrado el surgir y la caída de 20 grandes civilizaciones.
Durante estas constantes vicisitudes, nosotros, la humanidad, hemos experimentado salud y enfermedades, caos y estabilidad, guerra y paz, pobreza y prosperidad, felicidad e infelicidad como si fuéramos mecidos por las olas. Nuestra actual civilización y esta edad moderna no están exentas de estas fluctuaciones.
Nuestra moderna civilización ha estado ofreciendo riqueza material y conveniencias tecnológicas a la mayoría de la población mundial, unida a una amplia información y variedad de conocimientos. En el presente, estamos asistiendo al florecimiento de tales beneficios: distribución mundial de alimentos para la sobre-vivencia de todos; transportes que nos permiten estar en lados opuestos del globo en el mismo día; sistemas de comunicación por los cuales podemos saber instantáneamente lo que pasa en otros continentes; programas religiosos y educativos bien organizados; control universal de administración gubernamental; un impresionante grado de desarrollo científico y tecnológico. Ya no es un sueño el poder llegar a colonizar otros planetas. En las más grandes profundidades del océano, hasta el confín del espacio y de las regiones polares, nuestras exploraciones están penetrando por doquier. Desde el microscópico mundo de los átomos y de las partículas pre atómicas, hasta el macroscópico mundo de las galaxias y constelaciones, nuestro saber se está expandiendo. Pareciera que nos aproximamos a la realización de una Edad de oro.
Sin embargo, cuando examinamos a nuestro alrededor más cuidadosamente, nos encontramos por todos lados con enfermedades en vez de salud, caos y no-estabilidad, guerra en vez de paz, pobreza y no-prosperidad, infelicidad en vez de felicidad. Los enormes gastos financieros de los grandes programas gubernamentales y públicos no están aplicados al desarrollo creativo del potencial humano, sino más bien simplemente, a las medidas defensivas contra varios factores negativos. Estos factores negativos de la civilización moderna son los siguientes:
1. INTERMINABLE EXPANSIÓN DEL SISTEMA DEFENSIVO.
A la par de estar gozando del comercio e intercambio mundial así como de los viajes por todo el globo, cada nación está constantemente manufacturando armas y reforzando sus fuerzas defensivas en preparar la destrucción de otras naciones. El poder potencial destructivo que poseen las naciones modernas puede demoler toda la Tierra en horas. –El ser humano demolerá lo que está sobre la superficie, que es la piel del planeta, pero, la tierra volverá a regenerarse como ya lo ha hacho otras veces. Al final la tierra, se comerá al ser humano, es un ser vivo…
2. INTERMINABLE EXPANSIÓN DE LA ACTIVIDAD MÉDICA.
Simultáneamente con la realización de grandes adelantos en la investigación médica y la tecnología de la salud, vemos a más gente sufrir enfermedades físicas, mentales y espirituales. Muchos grandes hospitales están abarrotados de pacientes y numerosas farmacias en cada esquina son visitadas de la mañana a la noche por un continuo torrente de gente.
3. INTERMINABLE EXPANSIÓN DEL SISTEMA DE SEGUROS.
Mientras creemos que hemos conseguido prolongar la vida y que la seguridad social esté casi consolidada, varios sistemas de seguros se están desarrollando para encarar enfermedades, accidentes, lesiones, desempleo, incendios, robo, pérdida de objetos personales, daño a la propiedad y muerte, así como muchas otras dificultades. Literalmente hablando, cada persona moderna tiene un promedio de dos o tres pólizas de seguros. Esta no es sino una manifestación de inestabilidad de las condiciones de salud física, mental y social.
4. INTERMINABLE EXPANSIÓN DEL SISTEMA POLICIAL Y JUDICIAL.
Mientras unos quieren convencer que en la medida que prevalezca la educación moderna, decrecerá la violencia, codicia, egoísmo y crimen, vemos que en la realidad precisamos un poder judicial y control policial cada vez más fuerte para enfrentar el constante aumento de conductas y pensamientos indeseables. El crecimiento de esta tendencia de violencia y desconfianza se está expandiendo por doquier y hasta en nuestras escuelas. Los jóvenes cada vez son más violentos.
5. INTERMINABLE CRECIMIENTO DE LA DESCOMPOSICIÓN DE LA FAMILIA.
Mientras los sistemas de comunicación mundiales se desarrollan en la sociedad moderna, el entendimiento entre los miembros de la familia se vuelve cada vez más difícil. Hace solo medio siglo, el divorcio o la separación de la pareja era poco común; pero en este tiempo, la mayoría de los matrimonios, 8 de cada 10 en los Estados Unidos, terminan en divorcio o separación. Pronto esto se convertirá en una práctica común universal. Es más, las desavenencias entre padres e hijos son cosas comunes en las sociedades modernas, sin cura efectiva a la vista.
6. INTERMINABLE DESORDEN EN LAS PRÁCTICAS SEXUALES.
Como queda de manifiesto en el incremento de los divorcios y separaciones, las prácticas sexuales entre hombre y mujer están perdiendo terreno en su relación al orden natural. Las prácticas homosexuales, bisexuales y en grupo, están aumentando constantemente. La relación entre el hombre y la mujer representa la unión fundamental de la sociedad, y lleva en ella la promesa de las futuras generaciones. Cuando pierde su orden natural, el futuro de la especie humana está en peligro. Por ejemplo en nuestro país, se ha legalizado la unión homosexual.
7. INTERMINABLE DECLINACIÓN DEL ESPÍRITU TRADICIONAL.
Las tradiciones religiosas que han inspirado a las conciencias de los hombres por muchas centurias han declinado, y sus establecimientos han perdido su atracción para la gente. Las instituciones escolares y educativas que en el pasado han guiado a la gente para un esclarecimiento social, han perdido su influencia, y su función se ha convertido en meramente informativa y dirigida a promover la competencia. La herencia familiar y comunitaria, que cultivó un rico y valioso espíritu para las generaciones futuras, casi ha desaparecido.
En esta mundial y próspera sociedad, la mayoría de la humanidad moderna está llena de terror y ansiedad, vagando sin rumbo, buscando felicidad y realización. ¿Que errores hemos cometido en el proceso de construcción de esta moderna civilización?
Lo que estamos confrontando es la degeneración biológica, psicológica y espiritual de la humanidad que puede llevarla a la gradual extinción del homo sapiens, aumentando el desorden de nuestro estado físico y mental, o a su desaparición instantánea por la destrucción mundial a través de una guerra nuclear. Todos en el mundo moderno estamos en medio de un biológico Diluvio de Noé. ¿Dónde encontraremos el Arca que preserve nuestras vidas?
En el antiguo, geológico Diluvio de Noé, la salvación fue la construcción de un arca, pero en esta crisis biológica presente, la solución reside en nuestro propio estado físico, mental y espiritual. Necesitamos una profunda autorreflexión para descubrir cuáles son nuestros errores, y necesitamos una revolución biológica para que podamos transformar nuestras enfermedades en salud. Ya que si el cuerpo y sus planos están enfermos, esa parte sutil que ha venido a evolucionar, no se percibe en su plenitud, podrá habitar el cuerpo y vivirá quizás una vida muy corta, o tal vez en estado vegetal. Pero, vivirá dormido.
Esto no puede ser cumplido por el esfuerzo gubernamental, tampoco es la misión de la Iglesia y no es el deber de la escuela. Esto debe ser obtenido por nuestro propio esfuerzo en cambiar la calidad de nuestra sangre y fluidos corporales, mejorando cada una de los billones de células de nuestro cuerpo y cerebro, desarrollando nuestra salud física, claridad mental y conciencia espiritual.
Pienso que esta labor tenemos que hacerla juntos; La medicina tradicional, Terapeutas de la salud, unido a la comprensión Filosófica de grandes Maestros que ha dado la Naturaleza. Sólo así conseguiremos unir el cuerpo y la parte espiritual, el camino a la liberación del ser humano. Pero el ser humano necesita que se le forme, se le guíe y se le oriente. Enseñarle a que investigue en las profundidades de su ser, de la mano de quienes están preparados para ello, que todo lo que aprendamos lo pongamos en práctica en nuestra vida cotidiana.
Con esto, estamos alimentando y equilibrando el cuerpo y al alma del ser humano, que conforman la Unidad.
Esta autorrealización para establecer nuestro estado biológico, psicológico y espiritual, tiene dos bases:
1. El entendimiento de qué es el Hombre, qué es la vida –nuestro origen, nuestro futuro– y como un todo, el entendimiento del orden de este infinito universo.
2. La aplicación biológica, psicológica, espiritual y social del orden del universo, comenzando por una adecuada práctica dietética conformada a las condiciones del medio ambiente.
Esta revolución es la forma más sencilla y efectiva.
A través de ella podremos salir del actual enorme proceso de degeneración; podremos también desviar el derrotero general de la civilización moderna en una más sana y constructiva dirección; y por fin podremos abrir puertas a un nuevo mundo, la era de la humanidad, con salud y paz, justicia y libertad, hacia una ilimitada felicidad para todos los hombres.
Cuando me forme en Nutrición Energética y Salud Natural, -año 1990-, de la mano del Maestro Michio Kushi, comprendí la responsabilidad que tenia: porque la MACROBIOTICA, es esto, no lo que nos venden por ahí…
PD: Sacado del libro «LA MACROBIOTICA» el camino universal de la salud y felicidad: Michio Kushi.