En conductas como Bipolaridad, hiperactividad, etc.
“CONOCETE A TI MISMO”
La relación entre nuestro estado de ánimo y los alimentos que decidimos consumir en función del mismo se conoce desde siempre.
Con frecuencia, cuando nos sentimos tristes y deprimidos, acudimos a la comida: el clásico “comer para consolarse”. La comida también está presente cuando celebramos momentos de felicidad. Y otras veces, por simple aburrimiento, abrimos la nevera en busca de un bote de helado y nos damos un delicioso capricho.
En la actualidad, esta relación “estado de ánimo-alimentación” se está observando desde la perspectiva contraria: “alimentación-estado de ánimo”.
¿Influye la alimentación en nuestro estado de ánimo? Esta cuestión genera cada vez más interés. No obstante, hasta ahora, la mayoría de estudios que se han llevado a cabo al respecto se basaban en observaciones casuales y subjetivas y carecían de base científica.
Según una encuesta reciente sobre la relación entre la alimentación y el estado de ánimo respaldada por una reconocida organización benéfica de salud mental, el 88% de los participantes afirmaba que la modificación de sus hábitos alimenticios había tenido un impacto directo y positivo en su estado de ánimo.
En la encuesta, los alimentos se dividen en los llamados “estresores”, como pueden ser la cafeína, el alcohol o los azúcares, cuyo consumo se debería reducir. Y aquellos que fomentan la sensación de bienestar, como las frutas, las verduras, el pescado azul y el agua, se deberían aumentar. (Yo aquí aconsejo, respetar el porcentaje del 40% – 30% – 30% de los macronutrientes, adaptado a su grupo sanguíneo).
Más de una cuarta parte de los participantes de la encuesta manifestaba qué, al modificar su dieta de esta forma, sus cambios de humor y sus ataques de pánico y ansiedad se habían visto reducidos o incluso habían desaparecido.
Normalmente, los alimentos pre cocinados o los que tienen un alto contenido en azúcares provocan que los niveles de energía suban repentinamente para después desplomarse. Seguramente no quiera experimentar la desagradable sensación tras una subida de azúcar. Si se llega a un equilibrio entre los alimentos de alto índice glucémico y los de bajo índice glucémico, que liberan menos azúcares, nuestros niveles de energía serán más regulares y positivos.
Existen determinados alimentos que contienen vitaminas, minerales y enzimas que tienen la capacidad de desarrollar un estado de ánimo positivo. Las nueces y las semillas de girasol son ricas en zinc, omega-6, omega-3 y magnesio, –el omega-3 de cadena corta. -De cadena larga está en pescado azul, desde mi investigación son mejores. Catalogados en el apartado de ácidos grasos, siempre su consumo debería respetar el porcentaje del 30% en cada comida, o sea, desayuno, comida y cena. Diversos estudios sugieren que el zinc favorece positivamente la conservación de la memoria y que los ácidos grasos omega-3 ayudan a reducir el riesgo de depresión bipolar, mientras que la carencia de magnesio puede derivar en agitación y déficit de atención. También podemos aumentar los niveles de estos nutrientes esenciales a través del consumo prudente de suplementos nutricionales.
Reducir la ingesta de alcohol y beber más agua puede tener un impacto significativo, no solo en el estado general de salud, sino en el estado de ánimo, ya que el alcohol tiende a tener efectos depresivos una vez que desaparecen sus efectos iniciales.
Si pensamos en cómo nos sentimos emocionalmente cuando nos dirigimos a la nevera o vamos al pasillo de los aperitivos en el supermercado, quizá prefiramos convertir esos antojos en una opción alternativa, como hacer ejercicio durante 20 minutos cuando no tenemos nada que hacer. El mero hecho de tomar esta decisión puede tener un impacto beneficioso en su estado de ánimo. Asimismo, cambiar los hábitos alimenticios y llevar una dieta más equilibrada le ayudará a sentirse mejor, a dormir mejor y a controlar el estrés de forma más eficaz.
–Para terminar, os dejo una información sobre el chocolate. (Los otros días alguien colgó en Facebook que tenía propiedades maravillosas para levantar el ánimo, pero, al pobre hígado lo machaca)
¿Qué pasa con el chocolate? En la encuesta sobre la relación entre la alimentación y el estado de ánimo, se incluye entre los alimentos “estresores”, pero la realidad es que nos hace sentir bien. Hay algo en su sabor, su aroma, su textura, y en la simple experiencia de degustarlo, que nos aporta una sensación positiva, siempre y cuando no nos demos un atracón. El chocolate contiene alcaloides con propiedades excitantes. Además de feniletilamina, el cacao es rico en alcaloides estimulantes, como la cafeína y la teobromina. Alcaloides también presentes en plantas como el café, té, mate, guaraná, naranjo y el limón. (El cacao, es una grasa saturada, muchas personas padecen hígado graso al consumo excesivo del chocolate, no se digiere bien)
Una clasificación de los alimentos como yin y yang.
Desde el punto ENERGÉTICO, la mayoría de los alimentos mencionados más arriba son YIN, expansivos. O sea, primero expanden, alegran el cuerpo, pasado este efecto decae y es cuando aparece el DESÁNIMO. (Personas con trastorno bipolar, se alimentan mal). Todo en el universo está sujeto a una bipolaridad. La vida y el movimiento existen porque se da esta polaridad, y lo mismo ocurre en los alimentos. Hay alimentos que inducen más a la contracción y otros a la expansión; al frío o al calor; a lo ácido o a lo alcalino; yin o yang. En general los alimentos yang son más contractivos y producen más calor y tono en el cuerpo (es el caso de las carnes y pescados, cereales o legumbres), mientras los alimentos yin son más expansivos y fríos e inducen a estados de relajación (como las frutas, algunas hortalizas y lácteos).
Lo ideal y lo coherente es, consumir una alimentación equilibrada. No hay que olvidar que la serenidad, por ejemplo, nos viene dada por la identificación con nuestra propia corporalidad. Las buenas emociones, sentimientos y pensamientos no son tan fáciles de experimentar cuando tenemos el hígado contraído, el corazón bloqueado o hacemos la digestión difícilmente y a intervalos. Lo que comemos, los órganos a los que afecta -para bien o para mal- y las emociones que sentimos, todo está relacionado.
–Cada persona, según la zona donde habite, época del año, grupo sanguíneo necesita “nutrir” su organismo de manera individual.
El Yang/Yin está en todo, aprender a diferenciarlo nos aporta equilibrio y Salud a nuestra vida. Nuestros órganos tienen emociones, dependiendo del alimento que ingieras, así serán las emociones que expresen… La macrobiótica es una filosofía de vida, como tal, deberíamos aplicarla a nuestra vida. Todo tiene un revés, comprender este concepto es el cuarto camino que os llevará al quinto hombre…
En mi libro: “Sí, es posible rejuvenecer sin cirugía estética”, lo explico muy bien.
Gracias si sigues ahí…
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