¡Cuerpo, perdona mi ignorancia, lo siento, te amo, gracias!
¡Hola amigos! Otra semana llevando herramientas para mejorar como especie.
Con tantos acontecimientos vividos en estos dos últimos años, donde tanto familiares como amigos han realizado la transición, pensaba en el servicio que nuestro cuerpo/materia nos hace.
En una de mis meditaciones contacte con un maestro ascendido, donde mantuvimos una conversación.
—Recuerdo que ese día estaba triste, mi hermana había sufrido un infarto, estaba pidiendo por su salud. Oí una voz: ¿Qué te apena? —Quedé paralizada—, y la voz volvió a preguntarme: ¿Por qué sufres? —Mi hermana… —lo sé, dijo, era necesario que ella viviera esta experiencia, sabes que solo se aprende y se evoluciona teniendo vivencias, ahora ella decidirá.
Después de esta experiencia, no podía conciliar el sueño, pidiendo para ella, una nueva oportunidad. Pensaba en todas las experiencias que tuve que vivir en mi propio cuerpo en esta vida: el cáncer de pecho, el linfoma de Hosking, para así valorar, que estaba haciendo mal, tomando conciencia y modificar hábitos.
Gracias al cáncer, estudie Salud Natural y Cocina Curativa, Naturopatía, Medicina China, Medicina Biológica, y me introduje en el campo de las Medicinas Integrativas. Siempre digo, la suerte que he tenido de tener grandes Maestros, donde cada uno me aporto su experiencia, y entre todo lo aprendido, pude ofrecer en el centro de Estética Integral que regentaba, mi propio sello personal.
Realizábamos una Metamorfosis celular en todos los tratamientos de estética que realizábamos. Con unos resultados asombrosos, donde las personas entraban de una manera y salían al termino de sus tratamientos, realmente renovadas. Felices de haberse encontrado a ellas mismas a través del amor a su organismo en general, tomando consciencia que el bienestar y la salud, depende de cada uno, y no de lo externo. —Debemos agradecer, el cuerpo es el vehículo, en su interior, viajan nuestra alma/espíritu—. Que son, los que están realizando el verdadero viaje en la materia. Al ir tomando consciencia es cuando se consigue despertar para mejorar y depurar nuestras células de adiciones, creencias, etc. —Es ahí donde debemos entender la metamorfosis celular.
Cuando nacemos, heredamos un cuerpo que nos dan nuestros padres 50/50% ¿verdad?, pero, también heredamos hasta siete generaciones de nuestros ancestros. Imaginaros, siete generaciones nada menos. Entonces, quiere decir, ¿Qué el cuerpo heredado, mi ADN y en mi torrente sanguíneo llevo esa carga genética? Cuando estudiaba, toda esta información, me rompió todos mis esquemas de vida, tuve que aceptar la realidad y empecé a investigar, preguntando a mi madre, tíos, primos el recorrido de mis ancestros. —Y yo que pensaba que YO era así porque si… ¡Madre mía!, me dije, ¿Vaya lío no?
—He leído muchos autores, pero, leyendo la Biología de las Creencias del Dr. Bruce Lipton, descubrí y comprendí, que podía modificar muchas cosas, todo no estaba perdido…
Lo primero que tuve que hacer es aceptar y agradecer a mis ancestros por su recorrido, —porque de una manera u otra—, ellos también realizaron su parte para depurar la materia, humanizándola, y mejorándola en términos generales. Lo segundo que hice, fue analizarme a mí misma, “conócete a ti misma”, es muy difícil aceptar tus imperfecciones, tus emociones, tus pensamientos, es muy difícil, ¡que horror!, —me decía. Cuando comprendes esta etapa y su proceso, es cuando empiezas a trabajar cada plano, piso, o como lo quieras llamar, de ti mismo. (Materia, energía, emociones, mente, etc. Son siete planos, según la filosofía esotérica) —En mi búsqueda personal, he transitado por diferentes organismos, donde pude formarme en Filosofía Esotérica—. Esta herramienta me ayudó a comprender muchas cosas, donde solo el amor puede liberarnos de esta pesada carga que todos tenemos en nuestros cuerpo. (Nuestra maletita personal, nuestro ADN como especie)
Perdonarme a mí misma, fue lo primero que tuve que hacer para así regenerar mis células. Gracias a este inmenso amor y agradecimiento por mi cuerpo, superé aquel cáncer, el linfoma, y otras patologías. Porque esto no para…, os aseguro, cuando haces algo mal, el cuerpo te habla. Por eso la sintomatología es vital para descubrir y así poder corregir ciertos hábitos que enferman al cuerpo en general.
Cuando digo pesada carga, me refiero a la herencia genética, ¡pero no!, bendita sea, porque esa es nuestra labor: depurar de adicciones y creencias nuestro cuerpo/materia. Ayudar a la materia a evolucionar. Acordaros la lámina que tanto os pongo, no me canso de mirarla pensando todo el recorrido realizado hasta nuestros días.
Pensar, que toda esa evolución viven en mí cuerpo, me emociona y solo atino a decir: ¡Cuerpo, perdóname por maltratarte, lo siento, te amo, gracias.
No hay día que no agradezca al dios de mi corazón por cada día vivido, por todas las experiencias vividas, y solo puedo decir, gracias, gracias, gracias.
Nos encontramos la próxima semana, espero os haya gustado el artículo de hoy.
¡NAMASTE!
¡Perdonarte a ti mismo, sanará a tu cuerpo, nunca olvides que somos energía divina!
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