LA LLAVE PARA OBTENER EQUILIBRIO/BIENESTAR, ES CONOCER REALMENTE QUE TE OFRECE Y QUE QUIERE DECIR LA PALABRA: «MACROBIOTICA» 

El origen de la palabra griega “macro” grande y “bio” vida significa:

“GRAN VIDA”

La alimentación macrobiótica define una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin/Yang  y consiste en una adaptación de las tradiciones culinarias de Extremo Oriente, donde alimentación, medicina e incluso espiritualidad a menudo se presentan imbricadas. Aun así, se encuentran principios equivalentes a los de la alimentación macrobiótica en la mayoría de cocinas ancestrales del  mundo entero, incluso en  las occidentales.

La macrobiótica consiste en una enseñanza global  que tiene como objetivo final el desarrollo del juicio o entendimiento humano. Desde este punto de vista, se la puede considerar como una técnica de evolución personal, de la misma manera que el yoga, el budō japonés en su esencia o las diversas disciplinas espirituales.

https://es.wikipedia.org/wiki/Bud%C5%8D

La macrobiótica, fue presentada en Occidente por el pensador japonés George Ohsawa, quien consideraba que tras la mentalidad ancestral oriental hay un «principio único» o «principio universal» que permite captar de manera eficaz el funcionamiento del mundo, ayudando en la práctica a comprender y asumir las vicisitudes de la vida.

Este principio es el de la complementad entre el Yin y el Yang: dos «fuerzas», antagonistas pero inseparables, que constituyen la manifestación del Uno o el Todo. Según esta visión, todas las cosas de este mundo están regidas por la dinámica permanente entre estas dos fuerzas. Y esta dinámica constituiría «las leyes de la vida» o, como Ohsawa la denominaba, el «orden del Universo».

           

         YIN/YANG                                                 LOS 5 ELEMENTOS/ESTACIONES 

La filosofía oriental define el cuerpo, el pensamiento y el espíritu como partes de un todo. Si se come según este principio, el organismo entero se armoniza (en primer lugar físicamente, emocionalmente y después mentalmente) haciendo que el entendimiento se vuelva más claro, capaz de percibir mejor la realidad. Así, el hecho de que una alimentación como ésta pueda mejorar poco o mucho el estado de salud, permite que también se la pueda considerar como un mero «higiene de vida» o régimen «sano».

Por otra parte, Ohsawa utilizaba a menudo la palabra «macrobiótica» para designar, de manera genérica, un comportamiento que según él corresponde a una actitud «justa» (es decir, en acuerdo con las «leyes de la naturaleza»). Por ejemplo, calificaba al cristianismo o al budismo de «enseñanzas macrobióticas», así como a ciertas personas que, sin conocer Yin y Yang, han captado intuitivamente este mecanismo o bien que han conseguido vivir de una manera «libre» e «independiente», «realizando sus sueños unos tras otros» (lo cual es, en definitiva, el objetivo que Ohsawa quería ayudar a alcanzar con su método).

En este sentido, también utilizaba el calificativo «macrobiótica» para definir a las medicinas que toman en cuenta la totalidad, contribuyendo al desarrollo global del individuo, y que se interesan en curar las causas profundas de la enfermedad y no solamente los síntomas.

En definitiva, se puede definir la «manera macrobiótica de comer» de diversas maneras, todas ellas correctas: como un camino de desarrollo personal global. Permite mejorar el estado de conciencia, como un régimen bueno para la salud o incluso como una medicina alternativa; todo depende del nivel evolutivo en el cual se sitúa cada individuo.

Este tipo de alimentación es una aplicación biológica y fisiológica del principio del Yin  y el Yang, según el cual toda cosa está equilibrada por estas dos fuerzas respetando, en cada caso, una proporción determinada.

En macrobiótica se considera que el proceso de asimilación de los alimentos consiste en un mecanismo de descomposición realizado a través de la digestión: las sustancias ingeridas se descomponen hasta la extracción de cada elemento molecular para ser introducidos en la sangre, la cual alimentará cada célula del organismo. En consecuencia, todo alimento demasiado alejado de esta composición, la sangre necesitará un esfuerzo digestivo más laborioso. El organismo deberá fatigarse con el fin de transformarlo, cosa que a la larga, puede acabar causando  enfermedades.

-Por ello insisto tanto en que cada persona debería «nutrir» su cuerpo adaptándolo a su grupo sanguíneo. Investiga este punto, aplica la lógica. ¿Por qué y como se formaron los cuatro grupos sanguíneos existentes? Fue a través de los cambios en la alimentación…, a la historia me remito. (Estoy estudiando antropología), donde compruebo que a través de millones de años, el cuerpo y mente del ser humano, fue cambiando gracias a los cambios en su manera de alimentarse. En Internet, encontrarás mucha información, pero te aconsejo vayas directamente a la fuente, donde se explica estos cambios. (Los grupos sanguíneos y la alimentación de: Peter J. D’Adamo/Catherine Whitney, es un libro donde entenderás, el concepto de la importancia de consumir los alimentos que le van a tu grupo sanguíneo) 

Así pues, los alimentos se clasifican según estas dos categorías (Yin o Yang) y, con el fin de equilibrarlos (permitir que se acerquen cuanto más mejor a esta relación de 4-3-3 que la sangre necesita), uno los yanguizará (eliminará el exceso de Yin) a través de diferentes técnicas culinarias, como la cocción, la adición de sal, etc., o los yinizará (eliminará el exceso de Yang) gracias a la fermentación, la maceración…

La macrobiótica pretende hacer tomar conciencia del mecanismo que considera subyacente a este fenómeno para poder ser más precisos en caso de necesidad.

Por otra parte, también quiere atraer la atención sobre el siguiente hecho: tal como cuando se bebe demasiado alcohol el pensamiento o juicio se modifica, cualquier sustancia introducida en el organismo (incluyendo, pues, todos los alimentos) produciría el mismo efecto; así, el consumo habitual de ciertos alimentos provocaría angustias, otros agresividad, otros agudizarían la capacidad de concentración, otros la debilitarían, etc.

Si el objetivo final de esta enseñanza (y de este método) es proporcionar la mayor libertad posible, el camino para alcanzarla reclama de manera dialéctica, una cierta concentración previa. Esta concentración debería propiciar una toma de conciencia que permita captar la importancia de la alimentación en tanto que es base de toda manifestación de vida: sin alimentación no hay vida; la calidad de la alimentación determina la calidad de la forma de vida y de tu sangre.  Una vez realizada esta toma de conciencia, se obtendría la libertad de actuar en verdadero conocimiento de causa por lo que respecta a la alimentación. Para alcanzar este objetivo, la actitud que se desprende se puede traducir a través de unos principios básicos:

• Comer 3 comidas principales y dos tentempié y, sólo la cantidad necesaria (o ser consciente de que, fuera de eso, el resto son excesos, aunque sean bien placenteros).
• Tomar alimentos provenientes del medio en el que se vive y de temporada (éstos nos corresponderán de una manera más armoniosa, ya que el ser humano, como los alimentos, también es un producto de su medio).
• Evitar tomar demasiadas cosas extremadamente Yin con el fin de favorecer la fortificación del sistema nervioso autónomo (que se considera que constituye la base de un sistema inmunitario eficaz).
• Tomar alimentos lo menos manipulados posible (integrales, sin abonos ni productos químicos, etc., aunque gracias a las manipulaciones culinarias los efectos de estas sustancias puedan ser parcialmente equilibrados), sobre todo si se trata de productos animales.
• Masticar concienzudamente cada bocado: La saliva es alcalina.  (Gandhi dijo que «se deben masticar las bebidas y se deben beber los alimentos«) y discernir en cada caso por qué se come (¿para crecer? ¿Por placer? ¿Para curarse? ¿Para evolucionar espiritualmente?…)

Conocí la macrobiótica primero cómo paciente y después me forme en este conocimiento en el Instituto: Khushi Foundation Network de San Cugat del Vallés-Barcelona. Bajo la tutela del Dr. Jorge Pérez-Calvo Soler. Desde mi propia experiencia personal, –superé un cáncer de pecho en el año 1990–, adaptando la alimentación a la macrobiótica y a mi grupo sanguíneo. Llevo más de 30 años aconsejando esta manera de “nutrir” el cuerpo humano. Tuve la inmensa fortuna de recibir clases directas del gran Michio Kushi. 

• Algo vital, como digo más arriba, para llegar a vivir en bienestar/armonía con la naturaleza, hay que aprender a dominar la materia, –cuerpo–, dándole “justo” lo necesario o sea: 40% Hidratos de Carbono – 30% Proteínas – 30% ácidos grasos + complementos necesarios para el correcto funcionamiento del organismo.
• ADAPTANDO nuestra alimentación al entorno y a su grupo sanguíneo: será como la humanidad podrá subsistir y vivir en equilibrio y bienestar con la naturaleza. Porque nuestra especie corre peligro de extinguirse. (Palabras de Michio Kushi)
• Desgraciadamente, muchas personas buscando bienestar, son confundidas de los principios de lo que realmente es la MACROBIÓTICA, acudiendo a cursos de falsos «profetas»…

La MACROBIÓTICA es una filosofía de vida

«Conócete a ti mismo y habrás conocido el secreto de los dioses» –

Somos parte de la NATURALEZA: OBSÉRVALA y COMPRENDERÁS qué si no cuidas tu cuerpo, tu ALMA perderá la oportunidad de seguir en este planeta, -la tierra-, porque tu cuerpo enfermará.

Meditarlo, razonar, tu decides… 

• Mi especialidad es: NUTRICIÓN ENERGÉTICA/SALUD NATURAL 
• Si necesitas asesoramiento PROFESIONAL:
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2. Email: rosaeste21@gmail.com.

«QUE TU ALIMENTO SEA TU MEDICAMENTO» (Hipócrates)

PD: En mi libro: SÍ, ES POSIBLE REJUVENECER SIN CIRUGÍA ESTÉTICA, explico el camino a seguir. Puedes adquirirlo en este enlace: