
¡Bienvenidos al otoño en España!
¡Hola amigos lectores!
Navegando por Internet, encontré este artículo que os comparto. Estoy segura os va a sorprender la importancia y función de los mocos. Espero os ayude a entender su cometido en nuestro organismo.
Al final he colgado un vídeo muy gracioso, –el humor no debería faltar nunca en nuestras vidas.
Mi consejo como especialista en Nutrición Energética y Salud Natural, —cuando hay mucosidad espesa—, es tomar infusiones de tomillo con medio limón, miel de romero y jengibre. Ayuda a fluidificar la mucosidad, y a expectorar mejor.
Nunca se deberían de cortar las mucosidades, —es incómodo, lo sé—, pero es la única oportunidad que tiene el cuerpo de limpiar los pulmones, y todo el organismo de mucosidades. Ya que cuando llegue el invierno, el cuerpo se cierra, —como lo hace la naturaleza—, y todos esa mucosidad, se quedará dentro del organismo hasta el próximo otoño. (Muchos tumores son mocos que no se han eliminado en otoño).
Debemos preparar nuestro organismo, el otoño corresponde al elemento metal en la ley de los cinco elementos, pulmón/intestino grueso. Reforzando nuestro sistema inmunológico, mantendremos a los virus y bacterias controlados. (Recuerdo cuando mis hijos eran bebés/niños, eliminaban mucosidades en la heces).
Además, acordaros que somos uno con la naturaleza: igual que se caen las hojas de los árboles, a nosotros se nos cae el pelo. O sea, no os preocupéis buscando ampollas milagrosa, —el pelo se caerá en otoño siempre, si o sí.
ARTÍCULO
Este tema puede causar cierta aversión, lo reconozco, pero me parece importante dar a conocer lo valiosísima que es esta sustancia en nuestro organismo, ya que no está ahí para darnos asco, sino para protegernos en muchos aspectos. ¡Vamos a conocerlos!
¿Qué son los mocos?
Representación de una célula caliciforme con los gránulos secretores de moco |
Los mocos son sustancias viscosas producidas por unas células especializadas con forma de copa que se denominan caliciformes. Estas recubren la mayor parte de la superficie de los conductos respiratorios, digestivos, y también en la vagina de la mujer. Está compuesto por una mezcla de glicoproteínas y proteoglicanos, que le dan esa consistencia pegajosa, y esa multitud de inminoglobulinas y anticuerpos que le proporcionan capacidad protectora.
Las funciones de esta sustancia son variadas: proporcionan hidratación a los conductos, sin los cuales, por ejemplo, sería doloroso incluso respirar; también lubrican estas zonas, facilitando el paso de los alimentos en el digestivo o de… hmmm, ya os podéis imaginar qué en la vagina. Además, son muy importantes como barrera primaria en la defensa del organismo, ya que tanto en nariz, tubos respiratorios, tracto digestivo o vagina, actúan como «pegamento» para retener las partículas de polvo, microorganismos y demás sustancias ajenas a nuestro organismo que pudieran ser un peligro potencial. Pero también tienen su función como defensa secundaria ya que, como he dicho, parte de su composición son anticuerpos, que permiten reconocer como extrañas a esas partículas peligrosas y que el organismo actúe en consecuencia, y también algunas enzimas antisépticas que impiden que los microorganismos se adhieran, alojen y se multipliquen en estas zonas evitando su proliferación e invasión.
¿Por qué moqueamos cuando lloramos?
Las lágrimas no sólo tienen la salida habitual al exterior, sino que también lo hacen hacia el interior, concretamente hacia unos conductos lagrimales situados en cada párpado superior e inferior, que dirigen las lagrimas hacia un saco lagrimal, que es una bolsita ubicada cerca de la comisura interna de los párpados (entre los ojos y la nariz).
Cuando el llanto es importante (en otro artículo ya hablamos de por qué lloramos), ese saco se satura de lágrimas, y esa presión que sufre drena las lágrimas hacia el conducto naso lacrimal que vierte en la parte posterior de la nariz (la parte de arriba, vamos), mezclando así las lágrimas con el moco, diluyéndolo, haciendo que pierda su viscosidad y caiga hacia el exterior. Por eso, casi siempre tenemos secreción nasal cuando lloramos.
Comerse los mocos es sano.
En efecto, por muy desagradable que pueda resultar, algunos estudios, como los realizados por el neumólogo austriaco Friedrich Bischinger, aseguran que comernos nuestros mocos (o la mucofagia) es sano para los niños y, bueno, también para aquellos que se entretienen en los semáforos sacando petróleo.
Esta afirmación viene del hecho de que al hurgarnos la nariz, llegamos a zonas donde no llegamos con el pañuelo, manteniendo limpio el interior de las fosas nasales. Pero no sólo eso; ya hemos visto que el moco actúa como un filtro, atrapando partículas y microorganismos externos, así que al comerlos, se expone al sistema digestivo a las bacterias acumuladas en la mucosidad, ayudando así a reforzar el sistema inmunológico de cada individuo, al igual que haría una vacuna, pero de forma natural y gratuita.
Así que no debemos recriminar a nuestros hijos esta acción, como si fuera algo pecaminoso, ya que resulta saludable y natural. Lo que sí hay que hacer, es enseñarles a que no se debe hacer en público, porque puede resultar un pelín desagradable. Y para acabar os dejo con esta reflexión para los que estéis pensando en lo asqueroso de mi artículo: nos comemos los caracoles y nos restregamos su baba por la cara… ¿Seguro que eso es menos asqueroso que nuestro propio moco?
Descubrí este blogspot, donde tiene muy buenos e interesantes artículos. Os recomiendo os deis un paseo por sus páginas. http://sciencuriosities.blogspot.com/
http://sciencuriosities.blogspot.com/2013/05/la-importancia-de-los-mocos.html
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